1. Señor Jesús, creo en Ti. Pienso en Ti.
Te doy las gracias. Te glorifico. Te alabo. Te amo y te
adoro. Lávame con Tu preciosísima Sangre y purifícame de todo mi pecado. (30.07.95)
Última aparición
ocurrida en Itapiranga el día 02.05.1998
2. Señor, abre mi corazón, para que pueda comprender Tu
Palabra como Nuestra Señora. Amén. (San Miguel el 25.12.95)
3. Gloria a Dios y Bendito sea Nuestro Señor y la
Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Amén. (San Miguel el
25.12.95)
4. Jesús, te amo. Jesús. Te adoro. Jesús, quiero que
vivas dentro de mi corazón. (13.12.95)
5. Mi glorioso San José, acuérdate y ayuda a mi familia:
hoy, mañana y siempre. Amén. (3 veces)
6. Oh Jesús, sé nuestra luz, nuestra fuerza y nuestra
vida. Jesús, sálvanos de todo mal y de todo peligro. Jesús confiamos en Ti.
Creemos que nuestros problemas más urgentes se están resolviendo. Salva
nuestras familias. Salva nuestros hermanos alejados, incrédulos y ateos. Salva
el mundo entero y las familias que no viven la paz y el amor. Amén.
7. Oh Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, en
este momento nosotros nos consagramos a vosotros verdaderamente, con todo
nuestro corazón. Protegednos y defendednos contra los males de este mundo, para
que nuestras horas sean consolidados siempre en el amor infinito de Dios.
Jesús, María y José, nosotros os amamos con todo nuestro
corazón. Queremos ser totalmente vuestros. Ayudadnos a hacer la voluntad del Señor,
verdaderamente. Guiadnos siempre a la Gloria del Cielo, ahora y siempre.
(03.03.97)
“Todos aquellos
que te honren y recurran a ti serán conducidos a la gloria de mi Reino”
8. Señor Jesús, aumenta mi fe, renovándola con tu Amor
Divino y tu Santa Luz, para que yo pueda servirte y seguirte verdaderamente. Jesús,
confío en Ti. Amén. (15.02.97)
9. ROSARIO DE LA SAGRADA
FAMILIA
Inicio
Oración: Mi Sagrada Familia del Cielo, guíame por el camino recto, cubridme con vuestros
mantos sagrados y protegedme de todo mal, durante mi vida aquí en la tierra y
siempre. Amén.
(Padrenuestro, Ave María, Gloria)
Sagrada Familia y ángel mío de la guardia, rogad por mí.
Amén.
Credo…
En las cuentas grandes:
Dulce Corazón de Jesús, sé nuestro amor.
Dulce Corazón de María, sé nuestra salvación.
Dulce Corazón de José, sé el guardián de
nuestra familia.
En las cuentas pequeñas:
Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas.
Al final:
Sagrados Corazones unidos de Jesús, María y
José, haced que os ame cada vez más (07.01.97)
10. ROSARIO DE LAS LLAGAS DEL CORAZÓN DE MARÍA.
Este Rosario para Nuestra Señora me lo enseñó, en su
aparición del día 11.04.95, para que fuera rezado por todos sus hijos, en
reparación a Dios por los pecados cometidos por el mundo entero y para la
salvación eterna de las almas.
OFRECIMIENTO: Oh Corazón Doloroso y Llagado de María, os ofrezco este rosario que voy a
rezar meditando los grandes dolores y tristezas causadas a Ti por la pérdida de
innumerables almas, que cada día se precipitan eternamente en el fuego del
infierno. Lo ofrezco en reparación a Dios, por tantos pecados y blasfemias, que
son la causa de la pérdida de estas almas, para que así, estas mismas almas
encuentren en tu Corazón dolorido y llagado gracia y alimento, obteniendo de
Dios, a través de su poderosa Intercesión, la Salvación Eterna. Amén.
En las cuentas del Padrenuestro:
Jesús Inmaculado, ten piedad de nosotros,
perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno. Por la intercesión de
la Bien Aventurada Virgen María y de Sus Lágrimas de Sangre.
En las cuentas del Ave María:
Oh Corazón de María, llagado de dolor por la pérdida
de muchos pecadores, salva las almas de tus hijos queridos, del peligro de caer
en el fuego del infierno.
Al final:
Padre Amado, te amo. Madre Amada, te amo.
Padre Amado y Madre Amada, os amo, os amo, os amo. (3 veces)
CONSAGRACIÓN AL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN
DE MARÍA
(Enseñada por Nuestra Señora)
Oh Corazón Doloroso e Inmaculado de María, profundamente
herido por una llaga ardiente y viva causada, principalmente, por la pérdida de
muchas almas. Yo, tu hijo/a querido/a, vengo en este momento a consagrarme a tu
tan Doloroso e Inmaculado Corazón prometiéndote ser fiel a las enseñanzas de tu
Hijo Jesús, especialmente en aquel gran Mandamiento Nuevo, enseñado por Jesús
en la última cena: Amaos unos a otros como Yo os amo.
Oh María, Virgen Dolorosa, ten compasión de nosotros e
intercede ante tu Hijo Jesús por nuestra eterna salvación.
Consagramos toda nuestra vida, nuestra alma y nuestro
cuerpo, así como toda nuestra familia a tu Doloroso e Inmaculado Corazón.
Guíanos y protégenos de todo peligro, principalmente de
nuestro gran enemigo, aléjalo de nosotros y danos fuerzas para vencer sus
seducciones y sus ataques contra nosotros.
Oh Virgen Purísima, cúbrenos con tu Pureza y ayúdanos a
vivir totalmente puros para tu Hijo Jesús, para que, como Tú, podamos brillar
en santidad y así poder conquistar el poder mirar a tu Hijo Jesús por toda la
eternidad. Amén.
11- Oh María, Virgen Santísima e Inmaculada, bendícenos y
protégenos contra todo mal. En este momento nos entregamos, verdaderamente, a
Ti, de corazón, de alma y de cuerpo. Oh Madre de Dios, sé nuestra salvación
ahora y en el último momento de nuestra vida. Llévanos a Jesús y pide por
nosotros al Señor, para que Él nos dé su Paz y su Amor. Amén. (14.04.97- San
Miguel)
12. Hijo, cuando veo tantas perversidades en el mundo mi Corazón
se parte en varias partes y duele mucho. Dadme cariño ante el Santísimo Sacramento
del Altar. Decid así:
Padre del Cielo, os amo. Échate aquí en mi hombro. Te
quiero hacer una caricia y pedirte perdón por todas las personas que no te
saben acariciar y pedir tu perdón. Perdóname Señor. Amén. (03.04.97)
13. De hoy en adelante, durante tu vida aquí en la
tierra, cuando entres en una Iglesia, busca primero el Santísimo Sacramento del
Altar. Ora un poco, después busca un lugar para sentarte.
Esta oración es para que se haga ante el Santísimo Sacramento
del Altar:
Oh Mi Jesús en el Santísimo Sacramento del
Altar, estoy aquí ante Ti, para pedirte lo que sea necesario para mi familia y
para todas las personas del mundo entero y te doy las gracias por todo lo que Tú
ya hiciste por ellas, por mis familiares hasta la cuarta generación, por los
familiares de mi esposo/a hasta la cuarta generación y por la humanidad entera.
Te doy las gracias Señor, por todas las
personas que no saben darte las gracias. Amén.
Desde donde estés, de rodillas, de pie o sentado continua
a orar:
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de mi familia, perdona sus pecados y dales la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de mis familiares hasta la cuarta generación, perdona sus pecados y dales
la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado,
ten misericordia de las almas de los familiares de mi esposo/a, hasta la cuarta
generación, perdona sus pecados y dales la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de mis vecinos, de mis amigos, de mis enemigos, de los agonizantes, de
las almas del purgatorio, de los encarcelados, de los perversos, de los malhechores,
de los criminales, perdona sus pecados y dales la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de los ateos, de las personas que no te aman, de las personas que nos
persiguen, de las personas que nos critican, de las personas que no saben amar
a Dios sobre todas las cosas y a sus hermanos como a sí mismos, perdona sus
pecados y dales la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de las madres que abortaron a sus hijos, de las madres que abandonaron a
sus hijos, de las personas que abandonaron a su padre y a su madre en los
asilos, de las personas que cometieron adulterio, perdona sus pecados y dales
la salvación eterna.
Oh Mi Jesús Sacramentado, ten misericordia de las
almas de todos tus hijos, de los buenos y de los malos, muchos de ellos no
saben lo que hacen. Amén
Gracias por atenderme. Yo y Mi Madre te bendecimos: en
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (02.04.97 - Jesús)
Recen por la
Iglesia y por los sacerdotes, ¡Misericordia Señor!
14. Oh Jesús, nosotros te amamos de todo corazón. Sálvanos
de todos los males y peligros. Sé para todos nosotros nuestra eterna salvación.
Oh Jesús, queremos ser totalmente tuyos, danos tu gracia para que podamos, verdaderamente,
vivir Tu Palabra.
Jesús, que nuestras vidas estén empeñadas en el amor, en
el servicio, en las buenas obras para con quien necesita de tus bendiciones. Envíanos
el Espíritu Santo de donación para que estemos enteramente dispuestos a
vivenciar el evangelio, renovando todo y todas las cosas. Nosotros te amamos y
nos entregamos a Ti verdadera y en profundamente ahora y por siempre. Amén.
(28.04.97 – que los sacerdotes recen diariamente pidiendo la gracia y la
santidad de Dios)
15. Señor Jesús, os pido que en este momento tu Santísima
Voluntad se cumpla en mi vida, para que, sirviéndote, pueda vivir en paz,
llevar la paz, transmitiéndola a todos los hermanos míos que no la poseen.
Oh Jesús Amado, mi corazón está herido a causa de los
pecados cometidos y de las repetidas caídas. Ven a ayudarme con tus Santas Manos,
cura mi corazón que tanto precisa de tu Amor.
Transforma mi corazón de piedra en un corazón de carne,
renovándolo totalmente en el amor y por el amor. Te amo, Jesús mío, y que mi
amor pueda consolar tu Sagrado Corazón y el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen,
así como también el Corazón Castísimo de San José. Deseo pertenecer totalmente
a Ti y que en la hora de mi muerte Tú seas mi Jesús, mi eterna felicidad y la
paz de mi corazón. Amén. (11.07.97)
16. Señor, santifica todos los sacerdotes, por los méritos
de Tu Santa Pasión, para que ellos puedan ser tu verdadera Imagen, pura y santa
en el mundo. Amén.
Señor, por la amargura que sentisteis por el beso traidor
de Judas, haz volver a la gracia santificante a todos los sacerdotes que fueran
infieles a su vocación y que continúan obstinados en los pecados del mundo. Te
lo pedimos por la intercesión del Corazón Inmaculado de María y del Corazón
Inmaculado de San José. (20.10.97)
17. Mi Jesús Misericordioso, deseo ser uno de aquellos
que venga a consolar tu Santísimo Corazón. Fórmame en la vivencia del amor, de
la paz y de la unión.
Jesús, cada día que pasa mi amor por Ti necesita ser
crecer en fervor. Ayúdame a amarte más y más, pues mi vida solo depende de la
Tuya, porque el Señor es el dueño de mi vida.
Gracias Jesús por todas las gracias recibidas. Que mi
corazón te ame, te adore y te glorifique en cada momento. Amén. (24.10.97)
18. Señor, yo creo, mas aumenta mi fe, por intercesión
del Inmaculado Corazón de María y del Corazón Castísimo de San José. (3 veces)
(20.11.97)
19. Señor, salva las familias de la perdición y de la
condenación eterna. Que la Virgen María, Reina de la familia, sea nuestra
protectora e intercesora junto a Ti, para que recibamos de tu Sagrado Corazón
las gracias necesarias que nos conducirán a la Gloria del Paraíso. Amén.
20. Mi Glorioso San José, por las gracias de tu Castísimo
Corazón, salva a la Santa Iglesia de los ataques de satanás y defiende con tu
intercesión y poder la devoción a los Corazones de Jesús y María. Dios te
otorgue un gran poder y gloria.
Quiero ser para toda la vida vuestro siervo y amarte con
el mismo Amor de Jesús y María. Amén. (23.11.97- Jesús)
21. Consagración a María, Reina de los Jóvenes.
Oh María, Reina de los jóvenes, a tu Corazón Inmaculado
nos consagramos en este momento. Deseamos ser para Ti tus siervos fieles. Madre
querida, salva a todos los jóvenes del camino de la perdición.
Prometemos testimoniar a Jesucristo a todos los jóvenes
que no conocen su Amor y tu Amor de Madre. Madre de Dios, sé nuestra guía.
Somos tus hijos tan frágiles y pequeños que todavía no saben cómo caminar y
vivir el verdadero Amor.
Sé nuestra guía hasta Jesús, nosotros te amamos y te
damos las gracias por ser nuestra Madre y la Reina de todos los jóvenes. Reina
del mundo con tu Hijo y entre todos los jóvenes. Amén. (24.11.98)
22. Padre, hágase tu Voluntad y que tu Nombre sea siempre
glorificado. Padre, te agradezco todo aquello que Tu, Señor, continuas a
realizar en mi vida, por mi salvación. Quiero ser tuyo y amarte con un amor sin
medida. Toma mi corazón, porque es tuyo. Padre, te amo, te amo, te amo. Amén.
(1.04.99)
23. Oh Jesús amado, nosotros deseamos hacer tu Voluntad. Quédate
siempre con nosotros y defiéndenos contra todo mal. Oh Jesús, nosotros te
amamos, te adoramos y glorificamos. Sé nuestra fuerza y nuestra luz. Que tu paz
esté siempre en mi corazón. Sálvame, sálvame, sálvame, como también a toda mi
familia. Mi corazón es tuyo, ahora y para siempre. Amén. (26.04.00)
24. María, Reina de la Paz, concédenos por tu intercesión
la curación de nuestros cuerpos y de nuestra alma. Pide a Dios por nosotros,
porque somos tus hijos que necesitan precisan de tu Auxilio Materno. Tu eres
nuestra maternal Madre que nunca desampara a sus hijos en sus aflicciones.
Gracias María Santísima, mi Madre querida, por tu Amor y porque pides por
nosotros a Jesús, tu Adorable y Divino Hijo. Nosotros te amamos y te damos las
gracias por todo lo que haces por nosotros. Gracias, gracias, gracias. Amén. (5.06.00)
25.Ven Espíritu Santo y renueva toda la humanidad con tu
Divino Amor. Transforma nuestros corazones endurecidos y sin amor en un horno
vivo de amor ardiente. Oh Espíritu Santo, realiza tus maravillas en nuestras
vidas y permite que tu Inmenso Amor pueda ser llevado a todos los hombres, para
que conozcan siempre tu Santa Presencia. Oh Espíritu Santo, la Iglesia precisa
ser renovada y transformada por tu Luz. Que Ella pueda volver a ser reanimada y
viva en la fe, para que aún los milagros de vuestro Amor sean realizados. Ayúdanos
a ser fieles a nuestros compromisos para con la Iglesia, para que ningún
obstáculo o barrera nos aleje de la fidelidad a Ella. Te consagramos nuestra
vida, nuestra alma, nuestro corazón a Ti. Gracias porque eres nuestro Dios y
nuestro Soberano Señor. Ilumínanos, guíanos y protégenos. Amén. (11.06.00)
26. ¡Misericordia Jesús! Misericordia para todos los
pecadores. Misericordia para toda la humanidad. (3 veces) (10.07.03)
27. Oh Jesús, queremos entregarte nuestros corazones a Ti,
para que cada día sean iluminados por tu Gracia Divina. Oh Jesús, acepta todo
aquello que yo te ofrezco en reparación por tantos ultrajes, blasfemias y sacrilegios
que son cometidos por todos los hombres, en muchos lugares del mundo. Acoge mi
ofrecimiento que te hago a Ti, y que mi amor, que es tan poco, pueda al menos
consolarte y alegrarte. Realiza tu Voluntad en mi Vida, y en mi nada haz tu
obra de amor, porque soy tuyo. Jesús, yo te amo, te amo, te amo. Amén (día
09.10.03)
28. Oh Jesús, yo te amo y te ofrezco mi corazón para que
lo transformes en tu morada. Oh Jesús, deseo vivir unido a Ti dando testimonio
a todos mis hermanos de tu Amor Misericordioso. Jesús, sálvame, sálvame, sálvame.
Amén (25.12.04)
29. Oh Señor, bendice el mundo entero y las familias. Ayúdanos
a vivir el amor, la paz y la unión constantemente, para que tu Gracia renueve
toda la faz de la tierra. Señor, ten misericordia de aquellos que todavía no se
deciden a seguir tu llamada. Ayúdanos a encontrar tu Luz que ilumina y salva, y
así todos los corazones se abrirán a Ti. Señor, misericordia. Amén (28.11.04)
Mi alma esta triste hasta la muerte
30. Oh Jesús, ten misericordia de todos nosotros, pobres pecadores.
Lávanos con tu Preciosísima Sangre y conviértenos. Jesús, creo en Ti. Jesús, confío
en Ti. Sálvanos, Señor. Salva el mundo y la Iglesia. Amén. (día 23.10.05)
31. Jesús, dame tu Luz, tu Gracia y tu Amor. Jesús, cura
mi alma de todo mal, libérame de toda flaqueza y de todas las cosas negativas
de mi pasado. Yo quiero ser tuyo y hacer tu Voluntad. Amén. (15.01.07)
32. Oh María Reina del Mundo, ruega por el mundo entero y
especialmente por Brasil (11.04.95)
33. Ven Espíritu Santo, y renueva nuestros corazones,
nuestras almas, nuestras familias y toda la faz de la tierra con tus cálidos
rayos de Amor y de Luz.
Ven Espíritu Santo, dador de todas las gracias y dones, abrásanos
con tu Luz abriéndonos a la Gracia Divina y santifícanos con tu Santa Presencia.
Ven Espíritu Santo, bendice toda la humanidad, toda la
Santa Iglesia, iluminándola con tu Luz, revistiéndola con tu poder y
renovándola con el Fuego Purísimo venido del Corazón del Padre, del Hijo y de
Ti, Luz Pura y Santa, oh Soberano Señor y Santificador de nuestras almas.
Ven Espíritu Santo, y hazte cargo de todo mi ser. Ven a
ser el Dueño de mi corazón y de toda mi vida. Soy enteramente tuyo. Haz de mii
lo que Tu apruebes. Estoy aquí para hacer tu Voluntad y para que tu Palabra
Viva: Palabra de Vida y de Verdad, sea la Fuerza y la Fuente que haga brotar de
mi corazón ríos de Agua Viva. Amén. (2.01.97)
“«Levántate,
toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo
te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Él se levantó, tomó
de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto” (Mt 2, 13-14)
34. ROSARIO DEL PERDÓN
Inicio: Credo
En las cuentas del Padrenuestro: mi Jesús Crucificado,
por tu sangre derramada perdona nuestros pecados, Señor. Perdón, perdón,
perdón.
En las cuentas del Ave María: Perdón, perdón Señor,
perdona nuestros pecados Señor.
Al final: Salve
Jesús y Nuestra Señora me enseñaron este rosario a mí y a
mi madre para que todos lo puedan recitar siempre pidiendo perdón de sus
pecados. Por medio de este rosario Jesús nos concede la gracia de saber
perdonar a quien nos ofendió y de saber pedir perdón nuestros pecados y faltas,
librándonos de la soberbia, del orgullo y de una vida de falsa humildad.
35. ¡Oh Madre mía, María Santísima y Padre Virginal mío, San
José, dadme vuestros Corazones Santísimo para que yo pueda recibir dignamente,
a nuestro Señor Jesús Cristo, como Él mismo merece! (3 veces)
Nuestra Señora me enseñó esta oración para rezarla antes
recibir la Santa Comunión. Esta oración prepara nuestros corazones para Jesús.
En este momento, Ella y San José unen sus Corazones Santísimos con los
nuestros, santificándonos y haciéndonos dignos de recibir volviéndonos dignos
de recibir a Jesús en la Eucaristía.
36. Hoy, domingo, 29.12.96, fiesta de la Sagrada Familia,
Nuestra Señora me enseñó una consagración para rezarla a los tres Corazones
Unidos en un solo Amor:
Enseñe esta consagración a todos tus hermanos. Es la
consagración a los tres Corazones. Esta consagración será hecha a nuestros tres
Corazones unidos en un solo amor. Haced la señal de la cruz al decir las
palabras y consagren todo vuestro ser a nuestros Santísimos Corazones que tanto
os aman.
Sagrado Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón
de María y Corazón Castísimo de San José, yo os consagro en este día (o noche)
mi mente (+), mis palabras (+), mi cuerpo (+), mi corazón (+), mi alma (+),
para que vuestra Voluntad sea haga a través de mí, en este día (o noche). Amén.
Os bendigo a todos: en el nombre del padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Esta consagración debe ser hecha tres veces al día: por
la mañana, por la tarde y por la noche. Es importante hacer la señal de la
santa cruz en el momento en que se dicen las palabras.
“Como
estás viendo, manda pintar un cuadro. Son nuestros tres Corazones unidos en un
solo Amor. Este cuadro será la protección de la Sagrada Familia para todas las
familias del mundo entero” (N. Sra. el 25.12.96)
37. Oh Jesús, ten misericordia de todos nosotros, pobres
pecadores. Lávanos con tu Preciosísima Sangre y conviértenos. Jesús, creo en
Ti. Jesús, confío en Ti. Sálvanos, Señor. Salva el mundo entero y la Iglesia. Amén.
(23.10.05)
38. Oh Señor, ayúdanos comprender que la vida es un gran
don dado por Ti, para que podamos vivir este amor unidos a Ti y a todos
nuestros hermanos. Señor, transforma todos los jóvenes en verdaderos apóstoles
de tu Hijo Jesús Cristo. Que cada joven sea un fiel testimonio del amor de
Cristo y de su resurrección en el mundo. Por medio de los merecimientos de Jesús,
concede a todos los jóvenes, Señor, tu Infinita Misericordia, para que vivan
libres de todo mal y glorifiquen sin cesar tu Nombre por los siglos de los
siglos. Amén.
39. Oh Sagrado Corazón de Jesús, sé mi única Luz y Fuente
de Eterna Salvación. Que Tu estés siempre conmigo todos los días y con tu Bendición,
tu Paz y tu Amor, transformes mi corazón endurecido en un verdadero ramillete
de flores del Paraíso. Yo te amo, te adoro, te glorifico ahora y por siempre.
Amén.
40. Jesús, María y José, bendecid nuestra familia. Jesús,
María y José, protege nuestra familia. Jesús, María y José, yo os amo con todo
mi corazón, con toda mi mente y con toda mi vida. Amén.
41. Piedad Señor, para los Obispos desobedientes. Piedad Señor,
para los sacerdotes rebeldes. Piedad Señor, para los consagrados que viven como
verdaderos paganos. (3 veces)
42. Jesús, ten misericordia de todas las familias. Ten
misericordia de los esposos y de las esposas infieles que comenten terribles
pecados (3 veces)
43. Oh María santísima, Madre de la Divina Eucaristía,
intercede por nosotros ante tu Hijo Divino, pidiéndole perdón de todas nuestras
faltas y ofensas cometidas contra Él en todos los tabernáculos del mundo. Amén.
44. María Santísima, Madre de Gracia Divina, cúbrenos con
tu Manto Inmaculado y concédenos la gracia de la Salvación Eterna por tu
intercesión ante tu Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
45. Mi Señor y Mi Dios, te amo y te adoro. Ayúdame a ser
un nuevo Cristo, para que pueda llevar tu Palabras a mis hermanos. Ayúdame a
hacer tu Voluntad y a que, con el ejemplo de María Santísima, tu Madre, pueda
en todo ser humilde, simple y pequeño. Señor Jesús, deseo ser totalmente tuyo y
te pido, en este momento, que me bendigas, a mí y mi vocación. Señor, yo estoy aquí
para servirte. Que tu espíritu Santo se derrame poderosamente sobre mí con
todos sus dones. Ilumíname, guíame y condúceme siempre. Amén.
46. Mi Glorioso San José, por las gracias de tu Corazón Castísimo,
salva a las Santa Iglesia de los ataques de satanás y defiende con tu Intercesión
y Poder la devoción a los Corazones de Jesús y María. Dios te otorgó un gran puesto
en el Cielo y un gran poder y gloria. Quiero ser para toda la vida tu siervo y
amarte con el mismo amor de Jesús y María. Amén.
47. Corazón Castísimo de San José, protege y defiende a
mi familia contra todo mal y peligro. Corazón Castísimo de San José, derrama
sobre la humanidad entera las gracias y las virtudes de tu Corazón Castísimo.
San José, me entrego realmente a Ti. Te consagro mi alma
y mi cuerpo, y mi corazón y toda mi vida. San José, defiende la devoción al Sagrado
Corazón de Jesús y al Sagrado Corazón de Inmaculado de María. Con las gracias
de tu Corazón Castísimo destruye los planes de satanás. Bendice a toda la Santa
Iglesia, al Papa, a los Obispos y a los sacerdotes de todo el mundo. Nosotros
nos entregamos a Ti con amor y con confianza, ahora y siempre. Amén.
A ti te revelo las maravillas y las gracias de
mi Corazón
porque
tu corazón debe ser unido al Mío por el Amor”
48. Oh Madre Santísima, que vuestra Mirada maternal y
llena de Amor esté siempre velando por mí y por mi salvación. Que mi familia
pertenezca totalmente a tu Hijo Jesús, a través de tu Corazón Inmaculado. Reina
del Rosario de la Paz, inflama nuestros corazones con la Paz de Dios, para que
podamos testimoniarla todos los que necesitan de bendiciones y de gracias del Cielo.
Sé nuestro refugio de protección, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
49. A tu Corazón Castísimo nos consagramos, en este día,
oh Gloriosos San José. Consagramos nuestras familias y todo lo que tenemos. Así
como tú protegiste a Jesús y a María, protege también, oh mi amado Protector, mi
alma y mi vida contra los peligros que me cercan y atentan contra mí. Oh
Gloriosos San José, enséñame a amar profundamente los Corazones Santísimos de
Jesús y de María, a fin de que llegue a amar, profundamente como Ellos, tu
Castísimo Corazón, honrándolo y haciéndolo conocido, porque Tú mereces y debes
ser honrado y amado por toda la humanidad. Amén.
50. Oh San José, colocamos en tus manos nuestra vida, nuestra
familia. Tú sabes lo que más aflige nuestro corazón. Tú conoces nuestras angustias
y penas. Que tu manto protector, manto de Paz y de Amor se extienda sobre toda
la Iglesia y sobre el mundo entero. Defiende a los oprimidos; levanta a los caídos;
intercede por la curación de aquellos que se encuentran ciegos espiritualmente,
porque el orgullo y la soberbia se hizo con ellos. Haznos dóciles, obedientes y
humildes ante la llamada de Dios y que nuestro si, resuene siempre en nuestros
labios, así como hizo tu Esposa Inmaculada. Llévanos a Jesús, verdadera Luz y Vida
para nuestras vidas. Amén.
Mi Hijo Jesús ya no soporta tantos pecados en el mundo.
51. Oh Jesús, Verdadero Cordero de Dios, ten piedad de
nosotros. Ten piedad de los pobres pecadores. Ten piedad de aquellos que no
saben lo que hacen, para que aprendan a hacer la Voluntad del Padre así en la
tierra como en el Cielo. Danos tu Amor y tu Perdón. Haz resplandecer tu Mirada Misericordiosa
sobre nosotros y tu Santo Rostro, y seremos salvados. Amén.
52. Novena a la Reina del Rosario y de la Paz de
Itapiranga
(enseñada por Nuestra Señora a Edson Glauber)
Oh María, Virgen Inmaculada, nosotros somos tus hijos que
venimos hasta tus pies para suplicar las gracias que sean provechosas para
nuestro propio bien y para el mundo. Por tu materna Intercesión ayúdanos a
hacer la Voluntad de Dios y sé aquella que nos conduzca por el camino del Amor
y de la Paz. Tú eres la toda Pura, la Perfecta y Bendita entre todas las
mujeres, por tu Pureza Virginal líbranos de las tentaciones y de los males
actuales que el demonio nos lanza en cada momento. Oh Madre Inmaculada, Reina
del Cielo y de la Tierra, queremos que nuestra alma resplandezca por las
gracias que te embellecen y así como venciste los ataques del maligno y tuviste
una fe inquebrantable, obtennos el poder perseverar en todas las pruebas de la
vida y salir siempre victoriosos en cada batalla librada. Reina del Rosario y
de la Paz, ruega por nosotros y danos la Paz.
Padrenuestro, Ave María y Gloria
Oh María, temible como un ejército en orden de batalla,
se nuestra fiel Compañera y Comandante en esta vida y en esta gran batalla
espiritual. Tú eres la Aurora que resplandece en Gracia, Santidad y Virtudes,
hermosa como la Luna y Aquella que es revestida por los rayos luminosos el Sol
Divino, el Dios Altísimo. Mira con tus ojos misericordiosos a todos tus hijos
terriblemente atacados por el enemigo de la salvación: cuántos son aquellos que
son tentados y corren el peligro de perder la pureza del corazón, del alma y
del cuerpo. Sé, oh María, el refugio seguro para todas las almas afligidas y
frágiles que recorren a tu amorosa Protección. Por medio de tu Concepción
Inmaculada da fuerza a los débiles, consuelo a los afligidos, pureza a los que
se sienten turbados en lo más íntimo de su ser. Eres la Abogada de los pecadores
y el Asilo seguro de todos aquellos que desean el Auxilio y la Luz del
Omnipotente. Tú eres la Mística Luna que Ilumina a los hombres que se
encuentran en la más densa tiniebla del pecado, indicando a todos el camino
seguro que lleva a la gracia, al arrepentimiento y a la Salvación Eterna. Reina
del rosario y de la Paz, ruega por nosotros y danos la Paz.
Padrenuestro, Ave María y Gloria
Santísima Virgen María, Reina Inmaculada, por los méritos
y gracias con que Dios embelleció tu alma, Pura y sin mancha, te pedimos que
nos socorras en nuestras más apremiantes necesidades y aflicciones y que nos
concedas las gracias que nos sean provechosas para nuestra santificación y
salvación eternas. Oh María, socorre a las familias, a los padres, a las
madres, a los hijos. Salva a la Santa Iglesia y conduce a los ministros de Dios
por el camino de la renuncia y de la abnegación de sí mismos, para que la Luz
de Cristo brille como Fuente de Salvación y Gracia a todos los hombres y a
todos los pueblos.
Virgen Pura, salva a todos los jóvenes de las tentaciones
y de las celadas contra la pureza e infunde en sus corazones las gracias que
brotan de tu Corazón Puro e Inmaculado. Sabemos que si recurrimos a Ti la Gracia
del Señor será abundante en nuestra vida y su Luz Divina iluminará nuestro
camino, porque por una petición vuestra, el Rey del Cielo y de la Tierra estará
dispuesto a derramar su misericordia sobre todos aquellos que honren y alaben
tu Santa e Inmaculada Concepción. Por tu Santa e Inmaculada Concepción, oh María,
vuelve puro mi corazón y santa mi alma. Reina del Rosario y de la Paz, ruega
por nosotros y danos la Paz.
53. ROSARIO DE
LOS SIETE DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ
“Cualquier gracia que pidas a San José, Él ciertamente
la concederá”
(Santa Teresa de Ávila)
INICIO
CREDO
Padrenuestro
Nosotros, San José, honramos tu Corazón Castísimo, te
honramos a ti, que fuiste escogido por Dios Padre, para ser el padre adoptivo
de Jesús y el Protector de la Santa Iglesia.
Ave José, hijo de David, …
Nosotros, San José, honramos tu Corazón Castísimo, te
honramos a ti, que fuiste escogido y amado por Dios Hijo, para ser su Padre
Virginal, a quien Él obedeció y respeto en su vida terrena.
Ave José, hijo de David, …
Nosotros, San José, honramos tu Corazón Castísimo, te
honramos a ti, que fuiste escogido por el Espíritu Santo para ser el Esposo
Justo, Casto y Santo de la Bienaventurada Virgen María.
Ave José, hijo de David, …
Gloria al Padre…
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad,
almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
1er Dolor y Gozo de San José
LA DIVINA MISERICORDIA DE LA VIRGEN MARÍA
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre,
María, estaba desposada con José y, antes de empezar a vivir juntos, se
encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y
no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía
planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en
ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para
que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la Virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido
significa: «Dios con nosotros.» Despertado José del sueño, hizo como el Ángel
del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. (Mt 1, 18-24)
¡Oh castísimo
Esposo de María, glorioso San José! Tanto como fueron terribles los dolores y
las angustias de tu corazón, cuando creíste deber separarte de tu Inmaculada
Esposa, tanto fue vivo el gozo que experimentaste cuando el ángel te reveló el
misterio de la Encarnación.
Te suplicamos, por este dolor y este gozo, que te dignes
consolar nuestras almas ahora y en nuestros postreros momentos, alcanzándonos
la gracia de llevar una vida santa y tener una muerte semejante a la tuya, en los
brazos de Jesús y de María. Amén.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
2ᵒ Dolor y Gozo de San José
EL NACIMIENTO DE JESÚS
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César
Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Éste primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban
todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea,
de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por
ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa,
que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le
cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le
envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. (Lc 2, 1-7)
¡Oh dichosísimo Patriarca, glorioso San José, que has
sido elevado de padre nutricio del Verbo hecho hombre! El dolor que sentiste al
ver nacer al Niño Jesús en tanta pobreza, se te trocó bien pronto en un gozo
celestial cuando oíste los armoniosos conciertos de aquella memorable y
resplandeciente noche.
Te suplicamos, por este dolor y este gozo, que nos
alcances, al terminar esta vida, la gracia de ser admitidos a oír los santos
cánticos de los ángeles, y gozar del resplandor de la gloria celestial.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
3ᵒ Dolor y Gozo de San José
LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se
le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el
seno. (Lc 2, 21)
¡Oh modelo
perfecto de sumisión a las leyes divinas, glorioso San José! La vista de la
sangre preciosa que el redentor Niño derramó en su circuncisión, traspasó tu
corazón de dolor; pero la imposición del nombre Jesús lo reanimó, llenándote de
consuelo.
Alcánzanos, por este dolor y este gozo que, dando de mano
a todos los vicios durante la vida podamos morir con gozo y alegría, invocando
de corazón y de boca el santísimo nombre de Jesús.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
4ᵒ Dolor y Gozo de San José
LA PROFECÍA DE SIMEÓN
Cuando se cumplieron los días de la purificación de
ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al
Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será
consagrado al Señor (Ex 13,2); y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas
o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que
había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y
esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había
sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto
al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los
padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre
él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según
tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu
salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para
iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre
estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María,
su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para
ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! -
a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.» (Lc 2,
22-35)
¡Oh Santo
fidelísimo, a quien fueron comunicados los misterios de nuestra redención,
glorioso San José! Si la profecía de Simeón te causó un dolor mortal,
haciéndote saber que Jesús y María debían sufrir, te llenó al mismo tiempo de
satisfacción, al anunciarte que sus padecimientos serían seguidos de la
salvación de multitud innumerable de almas, que resucitarían a la vida.
Pide por nosotros, en memoria de este dolor y de este
gozo, para que seamos del número de aquellos que, por los méritos de Jesucristo
y la intercesión de la Virgen María, resucitarán para la gloria.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
5ᵒ Dolor y Gozo de San José
LA FUGA A EGIPTO
Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se
apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su
madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a
buscar al niño para matarle.». Él se levantó, tomó de noche al niño y a su
madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que
se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi
hijo (Os 11,1). Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos,
se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda
su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los
magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: Un clamor se ha
oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no
quiere consolarse, porque ya no existen. (Jr 31,15) (Mt 2, 13-18)
¡Oh Vigilantísimo guardián
del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José! ¡Cuánto has sufrido por
servir al Hijo del Altísimo y proveer a su subsistencia, particularmente
durante la huida a Egipto! Pero también ¡cuánto debiste gozar en tener siempre
a tu lado al Hijo de Dios, y en ver caer los ídolos de los egipcios!
Alcánzanos, por este dolor y este gozo que, teniendo siempre
al tirano infernal alejado de nosotros, sobre todo con la pronta huida de las
ocasiones peligrosas, merezcamos que caigan de nuestros corazones todos los
ídolos de las afecciones terrenas, y que enteramente consagrados al servicio de
Jesús y de María, no vivamos sino para ellos y les ofrezcamos nuestro último
suspiro.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
6ᵒ Dolor y Gozo de San José
EL RETORNO DE EGITO
Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y
le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la
tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se
levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero
al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes,
tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y
fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de
los profetas: Será llamado Nazareno. (Mt 2, 19-23)
¡Oh ángel de la
tierra, glorioso San José, que viste con admiración al Rey del Cielo sometido a
tus órdenes! Si el consuelo que experimentaste, al conducir de Egipto a tu
querido Jesús, fue turbado por el temor de Arquelao, a su vez tranquilizado por
el ángel, permaneciste gozoso en Nazaret con Jesús y María.
Obtennos, por este dolor y este gozo que, libres de todos
los temores que puedan sernos nocivos, gocemos de la paz de una buena
conciencia, vivamos tranquilos en unión con Jesús y María y en sus manos
entreguemos nuestra alma en el momento de la muerte.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
7ᵒ Dolor y Gozo de San José
JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO
Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de
la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta
y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin
saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día
de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no
encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de
tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles
y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su
inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su
madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo,
angustiados, te andábamos buscando.» Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No
sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron
la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a
ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús
progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. (Lc
2, 41-52)
¡Oh modelo de santidad, glorioso san José, que, habiendo
perdido al Niño Jesús, sin que hubiese culpa por parte de ti, lo buscaste
durante tres días con inmenso dolor, hasta el momento en que experimentaste un
gozo indecible, el más grande de tu vida, al encontrarlo en el templo en medio
de los doctores!
Te suplicamos desde lo íntimo de nuestro corazón, por
este gozo, que te dignes emplear tu valimiento cerca de Dios, a fin de que
nunca nos suceda perder a Jesús por el pecado mortal; y si desgraciadamente nos
acaeciera este grande infortunio, haz que lo busquemos de nuevo con el más
profundo dolor, hasta que lo encontremos favorable, sobre todo en el momento de
la muerte, para poder luego gozar de él en el Cielo y bendecir contigo sus
infinitas misericordias durante toda la eternidad.
Padrenuestro, 10 Ave José y Gloria
¡Jesús, María y José, yo os amo, salvad almas!
Corazón Castísimo de San José, sé el Guardián
de nuestra familia.
ORACION FINAL
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra
tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos
también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que, con la Inmaculada Virgen
María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al
Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia
que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras
nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la
escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y
corrupción; asístenos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro,
en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis
al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la
Iglesia Santa de dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad,
ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu
ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente
morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad. Amén.
Acuérdate, Oh castísimo esposo de la Virgen María, querido protector mío
San José, que jamás se ha oído decir de nadie, que habiendo invocado tu
protección e implorado tu auxilio, no fuera por Ti consolado. Con esta
confianza, vengo a Ti y encarecidamente me recomiendo a tu bondad. Oh San José,
escucha mis súplicas, acógelas piadosamente y atiéndelas. Amén.
Comentários
Postar um comentário